El matrimonio entre parejas del mismo sexo no es algo nuevo
para el mundo de hoy; países como Canadá, Holanda, Argentina, Bélgica, etc., permiten desde hace algunos años el matrimonio
entre parejas del mismo sexo, al igual que algunos estados de los Estados
Unidos, ya contaban con la implementación de la norma. Pero en días resientes
el Tribunal Supremo autorizo que el matrimonio entre parejas deEstánl mismo sexo
fuese legal en todo territorio Estadounidense, lo que origino que la primera
potencia mundial se autodenominará el país líder es respetar los derechos humanos
y civiles, ya que con esta ley se promueve la igualdad y la diversidad, tan
anhelada en el mundo actual.
Para nosotros los Cristianos, el hecho de aprobar la
legalidad de permitir el matrimonio entre parejas del mismo sexo, no hace más
que promover el pecado de forma más abierta, ya que una práctica que en los 60´s
y 70´s, era algo que se mantenía oculto, ahora cuenta con el respaldo de la constitución
de muchas naciones. Entonces la población en su totalidad está amparada por la
ley de estos países para cometer este pecado en especial. En este punto
planteo, no es que solo se critique el homosexualismo como pecado, mi preocupación
es hacia cualquier conducta pecaminosa que se quiera hacer ver como algo
normal, y con el mismo ímpetu rechazo y me opongo a la legalización del consumo
de marihuana, el aborto, etc. Ya que, como cristianos nos debe preocupar en
gran medida, que cualquier pecado cuente con el aval de la ley para su práctica.
Este es el punto central de nuestra preocupación en torno al
tema del “matrimonio gay”, no es que discriminemos a los homosexuales, estamos
claro que cada quien es libre de decidir su caminar, esto fue un derecho que
Dios le otorgó al ser humano (libre albedrío). Lo que nunca estaremos de acuerdo
es en legalizar algo que a luces es incorrecto desde el punto de vista Bíblico,
ya que su práctica llevara al ser humano a la perdición.
Pero pocos son los grandes líderes evangélicos y católicos que
han levantado sus voces contra esta noticia que ha recorrido el mundo y ha sido
celebrada como la “gran hazaña” o el gran logro de la humanidad. ¿Dónde están
los pastores de las “Mega Iglesias”, aquellos que tienen programas televisivos
con gran sintonía? ¿Dónde están los grandes escritores, que venden millones de
libros? ¿Dónde están los famosos cantantes evangélicos que llenan estadios con
sus conciertos? ¿Cuántos de ellos han salido públicamente a denunciar o
repudiar tan absurda medida? ¿A que le temen?
No quiero pensar que por ser este un tema controversial,
muchos prefieren mantenerse al margen para no perder seguidores, ¿es caso la
fama más importante que enseñar la verdad? Pero yo he leído sobre un hombre
llamado Pablo, que fue advertido de no entrar a Jerusalén, no tuvo temor y fue,
aunque su vida se encontrara en peligro. Y una vez allí, le acusaron de patrocinar
la violación de la Ley y de haber profanado el Templo, por introducir en él a
unos griegos, esto lo llevo a enfrentar juicio, del cual nunca negó sus
acciones y siempre se mantuvo definido en sus principios aunque esto le costase
la libertad.
Que decir de Esteban, quien fue apedreado, o del anciano
Juan, desterrado en la Isla de Patmos o de Pedro que aun con cadenas en sus
manos levantaba alabanzas al creador. Todos estos al igual que el Apóstol Pablo
no vacilaron en anunciar la verdad, estos fueron hombres con carácter, que le
predicaban al mundo sobre el arrepentimiento y que estaban dispuestos a morir
por el evangelio del Señor. Pero hoy nuestros grandes líderes esconden su voz
ante estos hechos, y muchos se excusan diciendo que todo esto ya está en la
Biblia, que en los últimos tiempos el pecado aumentará. Claro, es cierto, pero
eso no quiere decir que tenemos que callar ante el pecado, nuestras voces deben
ser siempre adversar al pecado y hablar del arrepentimiento, ya que nuestro
silencio nos puede hacer cómplices.
Quisiera ver cuando las parejas gay acudan a las iglesias y
reclamen su derecho de casarse en ceremonias religiosas, ¿Cuál será la posición
de estos grandes pastores? ¿Su respuesta será no? Lo correcto es decir de NO,
aunque ese no te cueste una demanda y lo más probable, te cuesta la cárcel.
Aquí es donde veremos si todavía existen PABLOS, que estén dispuestos a estar
presos, y hasta morir por anunciar la verdad.
Pero que tienen que perder, ¿por qué, ahora no salen a decir
que el matrimonio gay es incorrecto? Si hace algún tiempo, con el famoso reto
del cubo de agua helada “Ice Bucket Challenge”, muchos eran los “famosos”
lideres evangélicos que salían en televisión y en las redes sociales realizando
tal acción. ¿Por qué ahora no salen todos rechazando el matrimonio gay? ¿Será
que temen ser criticados por el mundo, que en su mayoría avala esta medida? ¿Será
que temen perder fans? ¿Qué es más importante, recibir críticas o anunciar la
verdad?
Y la verdad es que el matrimonio entre personas del mismo
sexo promueve la práctica del homosexualismo y el homosexualismo es pecado, y jamás
debemos estar a favor del pecado. Ya que el origen del matrimonio es entre un
hombre y una mujer. En otro Blog estaré desarrollando el origen del matrimonio
y el ¿por qué?, a las uniones entre parejas del mismo sexo no se le puede
llamar matrimonio. Saludos.